Capítulo 3: Parte 4
***
Ya había pasado
una semana cuando Rebeca me propuso ir el domingo al lago. Esperé que hubiera
una cámara oculta. Pues a mi tía no le gustaba bañarse en espacios abiertos.
Daba igual que fuese una playa que una piscina. Yo tenía, desde hace mucho
tiempo, la terrible sospecha de que era porque no sabía nadar muy bien. Y sin
embargo allí estábamos, aparcando en un descampado que utilizaba todo el mundo
a modo de parking.
Cogimos el gran
capazo azul y una pequeña nevera, cerramos el coche y caminamos en la dirección
que nos indicaban las flechas de madera con el nombre "Lago
Esperanza". Era un paisaje frondoso, rodeado por enormes árboles y
cubierto por grandes prados.
Pensé fascinada en que todas las tonalidades de la
naturaleza debían estar ahora mismo delante de nuestros ojos.- ¡Que bonito!-
Dije asombrada.- Tenía ganas de venir aquí. Todo el mundo me ha hablado de este
sitio.- Me explicó Rebeca mientras caminábamos por un pequeño sendero, y de
inmediato vimos a lo lejos el resplandor de las aguas cristalinas.
- No me lo había
imaginado tan grande...- Comenté al observar la inmensidad del lago.- Es casi
mágico...- Masculló Rebeca con un tono irónico. La miré de reojo y vi un deje
de odio en su mirada, perdida en algún punto del paisaje.- ¿Estás bien?- Mi voz
la sacó de sus pensamientos y al instante su rostro volvió a la normalidad.-
Claro, ¿Por dónde nos sentamos?.- A la vez que buscábamos un sitio donde
acomodar las cosas ,yo pensaba en cómo podía abordar a Rebeca para sonsacarle la
conversación que tuvo con Leo durante la fiesta, además de la misteriosa carta de su bolso.
Me había propuesto hacerlo
hoy, pues no debía dejar pasar más tiempo. Ya que durante toda la semana estuve
evitándola, dándole vueltas a aquellas palabras; "Emily no está
preparada". ¿Preparada para qué? Una parte de mi quería resolver el
asunto cuanto antes, seguro que había una explicación y todo era un
malentendido. Pero otra parte de mí tenía miedo de saber la verdad. Y por
último había un pequeño inconveniente; estaría reconociendo abiertamente que
los estuve espiando.
- Aquí está bien-
Dijo dejando las cosas debajo de la sombra de un pequeño árbol.- eh.. sí, es
perfecto.- Saqué el mantel de picnic distraídamente y entre ambas lo extendimos
sobre el mullido césped.- ¿Porqué "Esperanza"?- Rebeca miró al cielo
como buscando la respuesta en él antes de contármelo, después me miró
sonriendo.- Ocurrió hace tiempo, el bosque quedó destrozado por una terrible
tormenta eléctrica. Viento, lluvia, rayos...y fuego. Todo se juntó aquella
noche. Pero este sitio sobrevivió, como si algo lo protegiera...- Sus palabras,
como siempre que me contaba una historia, estaban llenas de sensaciones.
Casi
podía entre ver el desastre, y no obstante delante de mí había un pacífico y
soleado día de verano.- Entonces lo llamaron Esperanza. Por la frase, ya sabes
"lo último que se pierde es la esperanza".- Iba a preguntarle cual
había sido el anterior nombre del lago cuando unas manos me taparon los ojos.
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