Entradas

Relatos Cortos

Imagen
Soy quién sostiene la pluma. - Pero no puedo evitarlo, prefiero ir de cara que de espaldas en esta vida.- [ Después de todo, la vida es así, nos separa y nos vuelve a unir] Soy como una sola pieza, lo que ves es lo que soy. No me escondo y digo lo que pienso. Directa y clara, si quieres saber mi opinión siempre te seré franca. Y si no la quieres, también lo seré igualmente.  Aunque a veces mi propia sinceridad me traiciona y termino metiendo la pata con ciertas personas. Pero no puedo evitarlo, prefiero ir de cara que de espaldas en esta vida. Y que pase lo que tenga que pasar.  Así es como mi círculo de amigos se reduce cada año, pues hay quienes prefieren una bonita amistad falsa, pero bonita, a una amistad sincera, pero verdadera. Porque la verdad no es para todo el mundo. Eso es otra cosa que aprendí con el transcurrir del tiempo. ¡Ah! Pero no os preocupéis, porque por cada quién que pierdo, siempre aparece alguien nuevo. Una nueva experiencia,

Capítulo 5: Parte 5

Imagen
- Lo siento, es mi abuela. Está mayor y a veces se le va la cabeza.- Se disculpó Alejandro. Sus ojos almendrados parecían decirme que estaba verdaderamente avergonzado.- Da igual, no pasa nada.- Comenté sin darle más importancia.- ¿Vienes de la fiesta verdad?- Alejandro me miró de arriba abajo como si fuera un bicho raro en aquel lugar. - Sí y creo que me he perdido.- Declaré rindiéndome a continuar con mi persecución. Por culpa de aquella señora les había perdido totalmente la pista, y seguir a tientas no parecía una buena opción. Podría terminar perdiéndome aún más.  - ¡Sí! ¡Desde luego estás demasiado lejos para servirte otro de esos!- Mencionó riéndose, señalando mi vaso medio lleno de vino tinto y mezclado con rodajas de frutas. En la otra llevaba la botella de agua.- ¿Puedes ayudarme a volver a la plaza? ¿Por favor?- Le pedí temiendo que me dijera que no.- ¡Por supuesto! De hecho iba hacia allí cuando he salido de mi casa y he encontrado a mi abuela atac

Galería

Imagen

Relatos Cortos

Imagen
EL ERROR -Tendemos a ver el mal ajeno, pero no el mal propio.- [...ni el diablo es tan malo, ni el angelito es tan bueno.] Todos en algún momento la vamos a cagar. Y por mucho que queramos enmendar nuestro error, ya será demasiado tarde para las personas a las que les hemos fallado. Seguro que será totalmente lógico que esas personas estén enfadadas.  De hecho deberían gritarnos, gritar las cuatro verdades que callan por dentro. Esas que cuando se dicen en voz alta se te clavan como dagas afiladas en el alma. Pero que muchas veces son necesarias, tanto escucharlas como decirlas. Porque peor son los “castigadores”. Aquellos que se creen con el derecho de actuar como los jueces de tu error. Los que con cada mirada de reproche, la llenarán de decepción para hacerte sentir lo más culpable posible. Los que usarán con deliberante elección sus palabras más hirientes y sus actos más crueles para mostrarte su desprecio…  Pues todo esto, solo será parte del casti

Relatos Cortos

Imagen
La amiga de... -Le hacíais pensar que había algo mal en ella ¿sabéis?- [ Por donde va deja su huella y ya no baja la cabeza. ] La conocerías como “La amiga de…” o así estarías acostumbrado a llamarla. Ni siquiera te aprendiste su nombre, no fue por pereza o porque eres olvidadizo, ella te lo dijo pero no llamó tu atención. Solo recuerdas a su amiga, una chica habladora, quizás coqueta e incluso te pareció graciosa. Aquella chica tímida y vergonzosa era siempre “la amiga de…” Intervenía en las conversaciones lo justo, por miedo a caer mal, por miedo a ser el bicho raro. Le hacíais pensar que había algo mal en ella ¿sabéis? Se preguntaba si sería su pelo, su ropa, o porque no tenía una figura tan delgada como el resto de sus amigas. ¿Ya sabes quién es tu “amiga de…” ? Seguro te vino a la mente la cara de alguien. Porque todos hemos conocido o tenido “La amiga de” . Y si no, eso significa que eras tú. Yo sé cuál era la mía. Solo cuando entraba en confianz

Capítulo 5: Parte 4

Imagen
La rubia oxigenada se dio cuenta de que nos habíamos sentado y se acercó sonriente (y algo colorada) a nosotras.- ¿Pero qué os pasa chicas? ¡Vamos a bailar!- Nos ordenó con los ánimos recuperados y también por el cuarto vaso que le veía en sus manos.- ¡En seguida vamos! Estamos descansando un poco.- Nos excusé y se encogió de hombros, después volvió a la pista para ser el centro de atención del grupo de amigos de Jordi.- Está en su salsa.- Murmuré y Ruth asintió dándome la razón.  - Te voy a traer un poco de agua. No te muevas ¿eh?- Le mandé a mi ebria amiga que ya no estaba tan parlanchina como antes. Tuve que alejarme un poco de la plaza pero finalmente, a la vuelta de una de las calles, encontré un puesto donde vendían pequeñas botellitas de agua.  Estaba esperando mi turno para comprar cuando alguien me empujó al pasar por mi lado. Me giré para protestar pero me quedé muda al ver de refilón a David con la chica morena de antes. La estaba llevando a algún lugar apresu

Capítulo 5: Parte 3

Imagen
Yo no quería perseguirlo como un perrito, pues me negaba a arrastrarme. Y mucho menos por alguien que caía en los juegos sucios de Cristina.-Entonces… ¿Bailamos?- Creí oírle decir a aquel muchacho que me sacó de mis pensamientos. Negué con la cabeza a modo de respuesta y al fin logré despacharlo. -¿Qué ha pasado?- Inquirió Ruth que vino a rescatarme al ver que me habían dejado sola.- Nada… supongo que cosas de Cristina.- Contesté encogiéndome de hombros.- Ya… pues David parecía que estaba a punto de arrancarle la cabeza a aquel tipo.- Mencionó con una risita. No sé si era por la copa que estaba tomando o porque realmente le hacía gracia.  –En fin… ¿Bailamos?- Le sugerí alegremente y Ruth aceptó con entusiasmo. A diferencia de Cristina, sentí que solo disfrutábamos de la música sin tener segundas intenciones.  Minutos después, de repente Cristina volvió a la pista como si fuera a matar a alguien. David apareció dos segundos más tarde, con una chica morena casi igual d