Relatos Cortos

Pesadillas


-En la noche me persiguen los demonios que callo por el día-

[...olvídalo"]


* * *
"- Quiero empezar con ella algo más.
- Siempre dijiste que solo era una amiga.
- Lo era, las cosas han cambiado, pero no te quiero perder a ti.
- No puedes ser así de egoísta, amándote como te amo ahora, 
no puedo quedarme a tu lado y ver cómo te vas con otra.
- ¡No la cagues! ¡Con lo bien que estamos así los tres!"
* * *
- Pesadillas-

Se volvió a despertar bañada en sudor y con aquella presión en su pecho. Estaba angustiada y sentía ganas de ponerse a llorar, pero solo había sido un sueño. Solo un sueño. O eso se repetía cada vez que le había sucedido. 

Como otra noche más, cogió su móvil de la mesita de noche y miró la hora. Las tres y veinte. "Igual que siempre", pensó con frustración y volvió a dejarlo donde estaba.

No comprendía porque tenía aquellas pesadillas. Llevaba con su pareja más de cuatro años, confiaba plenamente en esa persona. Y aunque estaban lejos, nunca se había sentido tan cerca de alguien como ahora. Pues nunca había amado tanto a nadie. Se habían convertido en amantes, novios, mejores amigos e incluso compañeros de viajes y de aventuras. Sin embargo, ahí estaban sus estúpidos miedos e inseguridades. Tratando de hacer un verdadero caos en su interior. 

Pero ella sabía que no se podía dejar llevar por aquellas emociones. Pues si lo hacía, estas se esparcirían por su mente. Contaminando cada pensamiento suyo como un virus.

Nunca se había considerado una persona celosa, pero también era cierto que nunca se había enamorado de verdad de alguien. Hasta que hace cuatro años el mazazo del amor le había golpeado fuerte y de forma inesperada. 

"Mazazo del amor, que cursi" piensa con una sonrisa en la boca, volviendo a tumbarse en la cama. Cierra los ojos y vuelve a comenzar su ritual para intentar dormir. Pero es imposible, la pesadilla está demasiado viva aún en su recuerdo. Así que comienza a dar vueltas en la cama y a mirar la hora de nuevo. 

Las cuatro de la mañana.

Mira el techo y se dice así misma "¿Por qué estos celos?". Ya le había pasado alguna vez en el pasado, especialmente al inicio de la relación, donde aún tenía inexperiencia con eso de "tener una relación formal". Pero con forme fueron madurando como pareja y cogiendo confianza, fue aprendiendo y ganando seguridad. Superando siempre juntos desde los momentos más absurdos, hasta los retos más complicados. Su método "No hagas nada que a ti no te gustaría que yo hiciese" les había funcionado bien hasta ahora. 

No obstante, ahí aparecían de nuevo. Y esta vez con más fuerza. Sabía que era su propia inseguridad en ella misma, pero también sabía que habían aparecido desde que su pareja tenía nuevas amistades. En concreto, desde que tenía una nueva amiga. Y eso, aunque de manera consciente no se había percatado al principio, se daba cuenta que le molestaba y le carcomía en su interior. 

Pues era la primera vez desde que se conocían, que su pareja mantenía algún tipo de amistad más cercana con una amiga. O así lo veía ella. Siempre dándose los malditos "me gustas" en las fotos del uno y el otro en las redes. Y si le comenta la foto la amiga, él iba corriendo a responder. Suspiró... no podía enfadarse por aquellas tonterías que no significaban nada. Pero claro, si ella, su propia novia, le comentaba las fotos; o ni caso le hacía, o ya le estaba diciendo por el whatsapp que no le "cagase" la imagen con comentarios cursis. Entonces comenzó a sentir como la fuerte presión en el pecho volvía al instante. 

"Basta" Se ordenó deteniendo aquellos pensamientos. Y es que tenía que reconocer que se sentía amenazada. Siempre habían habido chicas en su círculo de amigos, pero con ninguna su pareja había establecido una relación un poco más estrecha. Al menos, ella tenía esa sensación.

Suspiró agotada y cerró los ojos con fuerza. Lo habían hablado, habían incluso tenido una pequeña discusión, en la que rápidamente se había arrepentido en soltar todos sus miedos en voz alta. No quería convertirse en aquello que tanto había odiado; en una novia loca psicópata. De esas que no dejaban ni respirar a los novios y le hacían escoger con qué amigos debía ir y con cuáles no. 

Finalmente, ella le había dejado claro que, al mismo tiempo que él no era el hombre más romántico del mundo, ella por el contrario sí lo era. Era pesada, cursi y le encantaba tener detalles con su chico. Así que, al igual que ella lo aceptaba tal y como era, él debía hacer lo mismo con ella. Y si le ponía un comentario cursi, se aguantaría. Como ella, cuando al comentarle a él en una imagen, no tenía casi nunca respuesta. Y el tema de los celos... mejor dejarlo en "Ha sido una estupidez, olvídalo"

Y así, con la última palabra retumbando en su cabeza, logró dormirse y acallar sus demonios una noche más. 

Al fin y al cabo, solo fue un mal sueño...

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